Dejaría en este libro
toda mi
alma.
Este libro
que ha visto
conmigo
los paisajes
y vivido
horas santas.
¡Qué pena
de los libros
que nos
llenan las manos
de rosas y
de estrellas
y
lentamente pasan!
¡Qué
tristeza tan honda
es mirar
los retablos
de dolores
y penas
que un
corazón levanta!
Ver pasar
los espectros
de vidas
que se borran,
ver al
hombre desnudo
en Pegaso
sin alas,
ver la
vida y la muerte,
la
síntesis del mundo,
que en
espacios profundos
se miran y
se abrazan.
Un libro
de poesías
es el
otoño muerto:
los versos
son las hojas
negras en
tierras blancas,
y la voz
que los lee
es el
soplo del viento
que les
hunde en los pechos,
entrañables
distancias.
El poeta
es un árbol
con frutos
de tristeza
y con
hojas marchitas
de llorar
lo que ama.
El poeta
es el médium
de la
Naturaleza
que
explica su grandeza
por medio
de palabras.
Federico García Lorca, 07 de Agosto de 1918